jueves, 29 de diciembre de 2011

Feliz Año 2012

Y justo cuando el año terminaba de cerrar las ventanas y comenzaba a apagar las luces, dos figuras se asomaron a la puerta. Sin pedir permiso o mediar palabra, ingresaron al recinto, rescatando los últimos objetos que quedaban en los anaqueles más altos y las esquinas más recónditas. Se repartieron los tesoros y salieron presurosos antes que la puerta, por la que habían entrado, fuera clausurada para siempre. Mientras el año moría en su encierro, los dos intrusos, el Olvido y el Recuerdo se despedieron con un “hasta pronto”, tomando cada uno un camino distinto en busca del año venidero.

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