sábado, 13 de noviembre de 2010

Chica SuperReligiosa

Mi dios es un pendiente muy lindo, un arete de colores que va con el estáil que llevo los domingos. Está super de moda, por eso lo saco, me lo llevo colgando al cuello y se lo enseño a todos. Sobre todo a mi vecina, esa creída que presume de tener un dios extranjero. ¡Já! Pero mi papá ya me dijo que ése solo puede ser un dios chafa, porque el nuestro es el único verdadero, o sea de marca pues.

Lo que más me llega de mi dios, es que que me cabe en todos lados, en la música que pongo a todo volumen, en el separador que uso para los libros del colegio; hasta me conseguí ropa interior con frases religiosas y todo ;) Y la gran ventaja, por supuesto, de que lo pueda comprar en mi centro comercial preferido, con globitos, peluches y tarjetitas. Ayer hasta tuve la super suerte de encontrar un pin blanco y rosa de “Dios me ama” que le va muy bien al bolso que llevo al gym. Eso no puede ser más que una señal divina, ¿no creen?

Y es que que es super nais eso de poder ser siempre cool, estar always in. Me lo enseñaron en la iglesia. Es super fácil, solo dices “yo creo” y ya, ¡shvuptivup!, eres parte del club. Que es super importante, porque para mi dios solo los del club se van a salvar, todos los demás, los herejes, o los del diablo que les dicen, todos esos se van al infierno jeje. O sea que yo no, yo fussshhhhh, directito al cielo.

Lo que si no me llega mucho del cielo es eso de tener que morirme primero, pero solo de pensar, así como me dijeron, que ese cielo pueda ser como Las Vegas, pero más bonito, eso sí que me emociona :)Todo el día de shopin con mis bi-ef-efs *suspiro*. Que no por nada son mis “best frends forever”, que quiere decir foreveranever, o sea allá también pues.

Los de la iglesia dicen que creer es lo más importante, pero que tampoco hay que descuidar los detalles, así que nos dijeron a mis amigas y mí, que para estar de veras shur, debíamos cambiar todos nuestros accesorios viejos, nuestros CDs y los DVDs, por artículos que solo tengan que ver con mi dios. Así en el juicio final no nos pueden reclamar nada de que tengamos “otros dioses” y esas cosas, y la gloria la tendremos más que segura.

Las cosas viejas, sí ok, esas ya las tiré, pero lo que acabo de comprar en los estados, eso digo yo que por unos meses más que los use, no creo que mi dios se vaya a enojar. ¿Y si después se lo ragalo a los niños pobres? Aparte que para eso de la gloria todavía queda mucho y, si a última hora, a mis amigas o a mí nos hace falta algo, pues lo compramos y ya. Porque para entonces ya todas tendremos nuestra propia visa gold. O hasta platin. Digo yo. Porque yo, en esas cosas, sí que tengo fe, y con fe, dicen, todo es posible.

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